El aceite de oliva extra virgen tiene una vida útil limitada. Con el tiempo, pierde sus propiedades y sabor, especialmente si no se conserva adecuadamente.
Siempre revisa la fecha de caducidad y busca aceites con una fecha de cosecha reciente para asegurarte de que el aceite esté en su mejor estado.
No todos los aceites son iguales. Algunos aceites de baja calidad se etiquetan como “extra virgen” pero no cumplen con los estándares.
Asegúrate de que el aceite provenga de un lugar conocido por su producción de alta calidad, como Italia o España. Busca etiquetas que indiquen su origen.
Se extrae mediante prensado en frío, conservando todas las propiedades naturales y un sabor robusto.
Puede tener un sabor más suave, pero carece de las propiedades nutricionales del aceite de oliva extra virgen.
Asegúrate de comprar aceite de oliva virgen extra.
Los aceites más baratos a menudo no son de calidad virgen extra y pueden ser mezclas de aceite refinado.
Invierte en aceites de buena calidad que provengan de productores de confianza. Un buen aceite de oliva es una inversión en tu salud.
Guarda el aceite en un lugar oscuro para protegerlo de la luz, que puede degradar su calidad.
Mantenlo a una temperatura fresca, lejos de fuentes de calor como la estufa o el horno.
Asegúrate de que la botella esté bien cerrada para evitar la oxidación.
Rico en grasas monoinsaturadas que benefician el corazón.
Contiene antioxidantes que combaten el daño celular.
Puede ayudar a mejorar la función cerebral y proteger contra enfermedades neurodegenerativas.